Estreno una camisa que había estado en mi clóset por varias semanas, termina completamente empapada y quizá estirada de abajo. Mi cabello tiene ese largo preciso en el cual, estando mojado, cae directo sobre mis ojos. Mi nariz está helada, no siento mis dedos y presiento que tendrán que amputarme ambos pies, el viento no ayuda para nada y trae consigo una brisa que llega a colarse directo por mi espalda convirtiendo mi piel en algo parecido a una calle empedrada. Mis dientes empiezan a temblar, lo cual no es nada agradable después de una visita al ortodoncista que acaba de apretar tus dientes un poco más.Y claro, lo mojado de mis agujetas hace que se desaten una y otra y otra vez, pero no puedo atarlas pues eso implica agacharse y sentir lo mojado de mi camisa en mi espalda. Estoy temblando... tengo mucho frío y la hebilla de mi pantalón se siente igual a un cubito de hielo debajo de mi ombligo.
Sólo puedo voltear y verla... tan tranquila...
De pronto se dirige a mí y con un brillo encantador me dice: "El mejor cumpleaños de todos".
Mi boca deja de temblar para convertirse en una sonrisa. Ya no hace frío. Simplemente dejo de sentirme un desastre y me siento empapado en felicidad. Totally worth it.
"Sabes a cátsup salada"
Yo y mi maldita necedad de responder algo cuando no hay nada más que decir...
Nos preparamos para correr.